En este caso está claro: primero fue la gallina y después el huevo. Tras los huevos que encontramos en las tiendas y supermercados hay millones de gallinas que forman parte de una enorme industria alimentaria. Cada gallina con su historia, su vida y sus circunstancias. Y no es una reflexión filosófica abstracta. Todos los huevos que se comercializan tienen impreso en la cáscara un código de letras y números que nos cuenta cómo ha vivido la gallina que puso el huevo.
Huevos 3: Jaulas como un DIN A4
Los huevos marcados con el número 3 provienen de gallinas que viven en jaulas donde apenas pueden moverse. Las instituciones europeas han puesto de manifiesto las dudas que genera a nivel de bienestar animal. Una directiva comunitaria de 1999 obligó a aumentar el espacio para cada gallina dentro de la jaula de 550cm2 a 750cm2. Esta medida -que no fue obligatoria hasta el año 2012- sólo garantiza que cada animal dispone de un espacio similar al que ocupa una hoja de papel A4 (627cm2).
Huevos 2: En el suelo, amontonadas
Aunque en este caso las gallinas no viven en jaulas, las aves que ponen huevos marcados con el número 2 viven en corrales sin posibilidad de acceder al exterior a lo largo de su vida. La densidad es alta: 12 gallinas por metro cuadrado.
Huevos 1: Al aire libre
El número 1 corresponde a animales criados en gallineros que pueden ser similares a los anteriores pero que, además, tienen acceso a corrales al aire libre.
Huevos 0: Aire libre y alimentos ecológicos
El huevos marcados con el número 0 también pueden acceder al aire libre, pero incorporan otro aspecto relevante. A diferencia de todas las anteriores, se trata de animales criados con alimentos procedentes de la agricultura ecológica. Esta modalidad de cría tiene restricciones más importantes en la administración de antibióticos a los animales.